5 Consejos para Saber si tu Logotipo debe ser Rediseñado

Aunque son muchas las veces en las que hemos hablado de rediseño de logotipo intentando dar algunos consejos, sobre cuando es el momento para cambiarlo, entendemos que no es algo sencillo de decidir. Es cierto que hay veces que se ve claramente que nuestro logotipo necesita ser rediseñado: este no sigue las tendencias y se ha quedado antiguo, no representa aquello para lo que fue diseñado. Pero no siempre es así.

A veces, vamos dejando que pase el tiempo, porque no encontramos las señales para cambiarlo y cuando queremos rediseñar ya es demasiado tarde y hay que hacer un cambio radical. Con esto no queremos decir que haya que estar rediseñando cada dos por tres, sino todo lo contrario, hay que ir revisando el logotipo para que no se quede desactualizado, y que no pierda la imagen de marca.

Hace un tiempo vimos logotipos que se habían rediseñado, con sus más y menos éxitos. En la mayoría de ocasiones, los casos fallidos vienen precedidos de un mal análisis del mismo. Nuestro consejo, en general, es que nunca hay que rediseñar por rediseñar. Podría traer a colación la frase de Ellen Lupton «Piensa más, diseña menos«. No todo tiene que estar rediseñado. Si algo funciona, mejor dejarlo así (aunque lo vayamos revisando).

De cualquier manera, si que como veníamos anunciando, hay algunos factores que pueden determinar que nuestro logotipo debe rediseñarse, por lo que hoy os damos algunos consejos para ello!

NOTA: Ponemos algunos ejemplos de marcas conocidas que han realizado un rediseño de su logotipo. A la izquierda siempre el antiguo.

1. Mi logotipo no se ajusta a las tendencias

Ya lo hemos dicho en numerables ocasiones, esto no significa que nuestro logotipo debe cambiar cada año con las tendencias del momento, pero sí que hay que revisarlo. Si el color del año es el Verde Mint y mi logo es el Amarillo, desde luego que eso no es razón para cambiarlo. Sin embargo, si mi logotipo aun no es flat design… puede ser un buen momento.

No nos tenemos que dejar llevar por las tendencias, pero si analizar con objetividad nuestro logotipo y aplicarle los cambios estéticos pertinentes.

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2. Mi logotipo no se adapta a los nuevos formatos de visualización

En este articulo podéis leer sobre esto más ampliado, pero aquí damos las nociones básicas. Ya es sabido por todos que está aumentado la navegación por internet en dispositivos móviles en contra de ordenadores. De igual manera que a nadie le queda la duda de que tu web tiene que ser responsive, ha llegado el momento de dar el salto a los logotipos.

No significa con esto que mi logotipo tenga que rediseñarse si o si, porque cuando se diseñó no existían los móviles, pero sí que hay que revisar si se visualiza correctamente en todos los dispositivos. Es muy importante saber las dimensiones en las que se va a visualizar y adaptarlo a las mismas. Si no queremos hacer un rediseño total adaptado, sí que podría ser bueno, tener una versión del mismo que se visualice a la perfección.

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3. El diseño actual no se identifica con la marca actual.

Las personas, no somos las mismas hoy que hace un año, o el año que viene, y en las marcas puede pasar también esto. Quizá una marca nace con una esencia, y aunque se mantengan los rasgos principales (al igual que ocurre en las personas), puede haber factores que cambien. Si estos factores venían representados en el logotipo no olvides revisarlo.

De esta manera no hay que tener miedo a efectuar un rediseño más amplio del logotipo si creemos que la marca ha cambiado. El salto cuantitativo nos puede parecer arriesgado, pero piensa que quizá mas arriesgado sea tener una marca que no se corresponde con nosotros.

4. Cambio de nombre

Ya sabéis que el nombre no es lo principal a la hora de decidir un diseño, por lo que no es tan raro que con el paso del tiempo, este se cambie. Parece obvio pero no lo es tanto. Hay veces que por lo que sea se cambia el nombre de la marca, pero como queremos que se siga reconociendo con lo anterior, dejamos el logotipo y lo adaptamos al nuevo nombre. A veces puede funcionar, pero siempre hay que revisarlo para decidir con toda seguridad si puede mantenerse o no.

Normalmente lo que puede ayudarnos a tomar esa decisión es el motivo por el que cambia el nombre. Si vamos a cambiar la dedicación de la marca no tiene sentido que el nombre se mantenga, por ejemplo. Si por el contrario las funciones se van a mantener, quizá no haya que rediseñarlo. Aunque de todos modos, los colores y formas que se decidieron objetivamente para una cosa, quizá no sirvan para la nueva.

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5. La imagen no se asimila a nuestra marca

Hay veces en la que aunque diseñemos pensando en algo determinado de nuestra marca, por lo que sea, termina dando un giro y esta no se adapta. Cuidado, no es lo mismo que lo que hemos hablado en el punto 3, en este caso hablamos de logotipos que no triunfan, no se hacen reconocibles y por lo tanto no son capaces de que la marca se abra un sitio en el mercado, no de marcas que cambian de función.

A veces el logotipo no representa lo que queremos o hay un error en la ejecución del mismo, otras veces son unos colores más ejecutados… Para gustos los colores, cierto, pero si oyes por varios bandos que tu logotipo no gusta… es bueno hacer una revisión. Hay palabras e imágenes que pueden tener un doble sentido y a veces necesitas tiempo para verlas.

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En resumen cambiar no es un fracaso, es un paso valiente que normalmente todos damos. Lo importante es darlo en el momento exacto!

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