Trucos y consejos para diseñar un logotipo minimalista

Decidir que tipo de logotipo diseñar, ya sea para una empresa o para un persona, puede ser difícil e incluso frustrante. Tanto si lo estamos creando por primera vez, como cuando hablamos de un rediseño. Si nos fijamos en los casos más actuales, una de las tendencias mayoritarias que vemos en los logotipos es el uso del minimalismo. Y hoy os queremos dar algunos trucos para poder aplicar este minimalismo en vuestro diseño.

El minimalismo no es algo nuevo, ya que es el resultado del movimiento modernista de los años 60. Resumiendo mucho, podemos definir el minimalismo como una aproximación al diseño en la que se tiende a reducir todos los elementos a la mínima expresión, liberándolo de todo aquello que sea irrelevante y/o redundante. Este minimalismo se aplica a muchos campos del arte y el diseño, desde la pintura o la arquitectura, pasando por el interiorismo o el packaging. Y, por supuesto, lo podemos aplicar cuando creamos logotipos.

Pero, ¿en qué nos beneficia el uso del en el diseño de logotipos?. Por poner un par de ejemplos, los logotipos simples suelen quedarse retenidos en la memoria de la gente de forma más sencilla. Son más reconocibles a lo largo del tiempo, que seguro que es algo que va buscando nuestro cliente. También, son más amigables de trabajar con ellos en términos de escalabilidad. Es decir, es más fácil adaptarlos tanto a formatos pequeños, como puedan ser su impresión en tarjetas de presentación o camisas, como para cartelería de gran tamaño.

Todo esto, y más, hace que el uso del minimalismo en el diseño de logotipo pueda ser la aproximación acertada.

Busca el mensaje de tu logo

Puede parecer un consejo obvio, pero no es la primera vez que estamos ante un logo que no tiene claro que es lo que nos quiere decir o transmitir. El logotipo nos debe trasladar, mediante un símbolo, los valores e imagen de la empresa que hay detrás. Si esto ya puede ser complicado, si nuestra meta es crear un logo minimalista, los problemas se multiplican. Por eso, tener muy claro y no dudar de que el mensaje que vamos a transmitir es la primera piedra que tenemos que plantar en nuestro diseño, ya que es donde se apoyará todo lo demás.

Las formas geométricas básicas son tus aliadas

Hace un tiempo vimos los tipos de las formas geométricas básicas, y como nos afectan al verlas. Y es que, con un trazo muy sencillo, con estas formas podemos dar significado diferentes según lo que vayamos buscando. Por lo que son un elemento muy a tener en cuenta cuando diseñemos. Además, el uso de una forma geométrica básica desde el inicio nos puede servir de lienzo para continuar con el diseño.

Usa la tipografía como logo

Porque quizás no vayamos buscando una imagen, sino que nuestro logotipo va a ser simplemente una o varias palabras, normalmente el de la empresa o persona que va a representar. Y ya está. Es posiblemente el camino más corto, pero seguramente uno de los más complicados. Usar una tipografía reconocible puede hacer que nuestro logotipo deje de ser un logotipo y sea solo una palabra. No es lo mismo escribir la palabra Coca-Cola con la tipografía Arial, que ver el logotipo de Coca-Cola. Ahí esta la diferencia, y cuando una palabra se convierte en un símbolo que lo hace diferencial.

La importancia del espacio negativo

El espacio negativo es una de las opciones que más me gustan, ya que nos permiten insertar una imagen dentro de una palabra, fusionar dos elementos, o incluso poner una imagen oculta. Por todo esto, nos da un gran juego a la hora de diseñar, y resulta tan divertido de ver.

Utiliza los degradados de color a tu favor

En muchas, por la propia naturaleza del logotipo minimalista, puede que notemos que nuestro diseño queda un poco aburrido al tener un color sólido. Aquí es donde entran el buen uso de los degradados de color, que nos van a permitir dotar a nuestro logo de volumen, profundidad o de estar en varios planos de altura. Tan simple como si tenemos trazos que se cruzan, añadir un sombreado para dar la impresión de que uno pasa por encima de otro. Eso sí, es muy importante también probar nuestro logo con un color plano, o simplemente en blanco y negro, y comprobar que funciona. Esto es debido a que, en multitud de ocasiones, no es posible que se muestre en todo su esplendor de colores, y solo pueda verse en un solo color. Por lo que tenemos que tener previsto este tipo de escenarios.

Ten en cuenta los niveles de simplicidad

Cuando intentamos hacer un logotipo minimalista por primera vez, e incluso cuando lo hemos hecho antes en multitud de ocasiones, es muy difícil tener claro desde el primer momento cual será el nivel de simplicidad de nuestro logo. Es decir, nuestro método de trabajo normalmente va a ser el diseñar una imagen relativamente compleja. Y a partir de ahí, ir refinando y eliminado capas de elementos que nos sobran, hasta quedarnos con lo esencial que siga manteniendo el mensaje que queramos transmitir. Nuestro diseño no va a ser minimalista desde el minuto uno, ni debemos obsesionarnos por que lo sea.

El minimalismo requiere práctica

Por supuesto, estos consejos no nos sirven de nada si no los ponemos en práctica, ya sean en proyectos reales o en retos personales que nos hagamos para ir ganando experiencia. Porque esta experiencia es la que nos va a permitir en un futuro saber que decisiones son las correctas por los fallos que hemos cometido en el pasado. Las dudas que tengamos en cada intento van a ser certezas en el futuro, los que nos va a convertir tanto en mejores diseñadores, como en aprovechar mejor nuestro tiempo de trabajo.

Esperamos que os hayan servido de ayuda estos consejos, y que los pongáis en práctica en vuestro día a día. Y, como siempre, tenéis disponibles los comentarios para hacernos llegar vuestras dudas y sugerencias sobre este tema.

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