Cuando estamos creando un logotipo, ya sea para una empresa internacional con cientos o miles de trabajadores o para un negocio de una sola persona, son muchos los aspectos a tener en consideración. Desde tener el cuenta su forma según el significado que queremos dar, el uso del color, si se va a escalar o no… Por estos motivos, crear un monograma es uno de los ejercicios más interesantes que podemos realizar como diseñadores ya que, aunque en un principio parezca algo sencilla, conseguir expresar la complejidad de un logotipo, representar una compañía y crear un vínculo con esa marca en pocos trazos es tremendamente complicado. Y por ello hoy queremos hablar de los monogramas, y daros algunos consejos cuando tengáis que diseñar uno.
Eso sí, lo primero de todo es explicar que es un monograma, ya que es posible que muchos no sepan a que hablamos al usar este término. Con monograma nos referimos a una clase de logotipo que creamos solo con letras dando como resultado un símbolo. Normalmente estas letras, que no suelen ser más de tres, son o el nombre de la marca (si es corto), sus iniciales o sus siglas. A veces la tipografía que usamos para construir el monograma se acompaña de una ilustración, aunque el peso del logotipo siempre va a llevarlo la tipografía.
Los monogramas empezaron a popularizarse en el siglo XIX, aunque ya en la antigua Grecia se usaban en monedas que representaban diferentes ciudades. Y no solo se usan en el ámbito profesional. Seguro que muchos los habéis encontrado, por ejemplo, en invitaciones de boda que llevan las iniciales de la pareja que se casa.
Ejemplos de logotipos de monograma famosos
Empecemos haciendo un pequeño recopilatorio de algunos monogramas que podemos encontrar en la vida real, y que nos pueden servir como inspiración cuando estemos diseñando. En primer lugar, tenemos un caso interesante con los monogramas y el mundo de la moda.
Normalmente estos monogramas son las siglas de los nombres de diseñadores y creadores de estas marcas: Calvin Klein, Yves Saint Laurent, Louis Vuitton… Como hemos dicho en al principio, el monograma (y cualquier clase de logotipo) debe expresar la imagen de su marca. En este caso, los monogramas sencillos dan un toque sofisticado, a la vez que hacen se sea fácil de identificar. Además, el uso de un monograma que tiene tan pocos trazos hace que sea fácil de utilizar en cualquier formato, o como patrón en prendas de vestir o complementos.
Fuera de empresas dedicadas a la moda, también podemos encontrarlos en grupos dedicados al mundo audiovisual.
Si antes veíamos que se usaban las siglas de nombres de personas en compañías de moda, este tipo de empresas audiovisuales suelen tener un nombre compuesto por varias palabras, por lo que usar un monograma es una solución ideal al crear su logotipo. Aquí ya dejamos la simpleza y sutileza anterior, y se empieza a mezclar la tipografía pura y dura con algo más de ilustración.
Aparte de estos dos grupos, también se usan monogramas en compañías y profesionales de todo tipo: empresas tecnológicas, automovilísticas, de entretenimiento… Pero no queremos olvidar un caso curioso que se esta dando durante los últimos años, que son los logotipos de deportistas famosos.
Al igual que veíamos en las empresas de moda, se usa mucho las siglas del deportista en tantas variantes como podamos imaginar. Incluso algunas de ellas donde es difícil distinguir cuando termina la tipografía y empieza la ilustración.
Consejos para diseñar un monograma
Una vez hemos vistos algunos monogramas reconocibles que nos pueden servir como inspiración cuando diseñemos, veamos algunos puntos a tener en cuenta. Como siempre tendremos que adaptarnos tanto al tipo de encargo como a las necesidades del cliente, y usar unos u otros en consecuencia. Claro que, lo primero es preguntarnos: ¿es adecuado usar un monograma en cualquier escenario?.
Es esencial saber si con un monograma vamos a ser capaces de representar la imagen que quiere dar el cliente. O si podemos acortar el nombre de la marca para encajarlo dentro de un monograma. O incluso pensar en el publico objetivo de la marca y saber si van a memorizar mejor el logotipo siendo un monograma. Una vez tengamos resueltas estas dudas y decidamos que la mejor opción como logotipo es un monograma, pasemos a ver algunos consejos a tener en consideración.
Usa siempre una tipografía original
No basta con irse a Google Fonts, descargar la tipografía más popular y con ella hacer nuestro logotipo. El cliente y su audiencia no sabrá si eso es un logotipo o son unas siglas dentro de un texto cualquiera, ya que es una fuente reconocible. Nuestro monograma tiene que tener suficiente peso para que funcione como imagen, y no como simplemente un texto o varias letras.
El color como principio diferenciador
Lo bueno de los monogramas es que se le puede agregar de forma sencilla el color de la compañía que representan, homogeneizando aun más la imagen de marca. Pero nos podemos ir más allá usando gradientes de color, o varios colores si queremos diferenciar unas letras de otras.
La importancia de los espacios en blanco y negativos
El espacio en blanco y el espacio negativo es un recurso que no es utilizado en muchas ocasiones, pero que cuando se hace es tremendamente efectivo. Y en los monogramas ocurre lo mismo, ya que nos va puede ayudar tanto a insertar letras como a colocar pequeñas ilustraciones aprovechando las trazas propias de las grafías.
No tengas miedo a superponer y transformar la tipografía
Ya lo hemos dicho antes y es esencial tenerlo en la cabeza: el monograma esta formado por letras, pero debe funcionar como imagen. Por eso hay que arriesgarse y no quedarse solo en colocar una letra tras otra, de izquierda a derecha y con espacios entre ellas como si fuese un texto. Podemos superponer unas letras sobre otras como si fuese un emblema, o utilizar la simetría para construir una imagen más poderosa. Juega con tus letras sin miedo.
Conclusión
Como hemos podido ver, los monogramas son una excelente opción cuando vayamos a diseñar un logotipo. No solo porque el uso del texto hace que sea más reconocible para el espectador, sino porque nos va a dejar jugar en el espacio que separa las letras de las ilustraciones.
Por supuesto, siempre hay que tener en cuenta que estamos creando un logotipo, por lo que no debemos nunca perder de vista los principios de estos: representar su marca y sus valores de forma efectiva, y que sea reconocible en el tiempo. Por eso debemos alejarnos de usar tipografías comunes y buscar la originalidad del logotipo a través del monograma.
Y con esto terminamos nuestro artículos sobre los monogramas. Como siempre, esperamos que os haya sido ameno este texto y que os sirva de ayuda en vuestro día a día. Recordad que siempre podéis hacer vuestros propios logotipos de monograma para practicar en vuestro tiempo libre, y compartirlos con nosotros en los comentarios!
